Si aún eres de los afortunados que aún no ha pillado una gripe, puedes estar muy contento de tu condición física. Sin embargo, para millones de personas, esta época invernal supone la llegada de los resfriados y todos sus síntomas, los cuales pueden, incluso, llegar a afectar a su día a día en acciones tan rutinarias como puede ser conducir.

Los anticatarrales y antigripales nos ayudan a combatir los síntomas de catarro y gripe, los dolores de cabeza, el lagrimeo o los estornudos, pero  su combinación de fármacos y principios activos también pueden tener efectos secundarios que nos impidan mantener una conducción segura.

Si ya nos encontramos enfermos, la primera recomendación es que si acudimos a la consulta del médico, preguntemos por los efectos secundarios de la medicina recomendada, y si afectan a la conducción, por lo que podemos pedir que nos receten uno con menos efectos secundarios.

La segunda recomendación que os vamos a dar es evitar por completo el consumo de alcohol, pues los efectos secundarios de las medicinas podrían potenciarse. Aunque actualmente no se sanciona el hecho de conducir mientras se consumen fármacos para aliviar estos malestares, recordemos el consumo de alcohol si es una infracción sancionable  sí damos positivo en un control de alcoholemia.

Al tomar una medicación, debemos seguir las indicaciones descritas en su prospecto (tomar la dosis en la medida y el horario indicados), pues las medicinas que más utilizamos para aliviar estas enfermedades son los analgésicos, antitusígenos y antihistamínicos, y el sueño es uno de sus principales efectos secundarios, en algunos casos, incluso podemos sentirnos débiles o tener la visión borrosa. No está demás, que si nos surgen dudas acerca del medicamento que vamos a tomar, preguntemos al farmacéutico o a nuestro médico.

Una cuarta recomendación es que reduzcamos al mínimo el tiempo que pasamos al volante o evitarlo por completo, especialmente al inicio del tratamiento. Pedir que nos lleven y recojan de un sitio, o utilizar un taxi será lo más adecuado si nos encontramos en esta situación.

Como hemos visto, el invierno y sus efectos pueden afectar a nuestra conducción, no sólo por la lluvia, la nieve o el viento, sino porque también es una época en la aumenta la probabilidad de ponernos enfermos por una gripe o un resfriado y la medicación que consumimos puede tener componentes que pueden afectar, en mayor o menor medida, a nuestras facultades a la hora de conducir.

Fuente:

• Revista Tráfico y Seguridad Vial DGT.