Muchas veces la interpretación y aplicación literal que dan los agentes a la ley, en las descripciones de las infracciones de tráfico, nos pueden dejar cuanto menos muy sorprendidos, y si no que se lo digan a los conductores que protagonizaron las siguientes historias de multas de tráfico.
Las 14 multas más sorprendentes que se han puesto.
- Tarjeta de estacionamiento diferente.
Una multa de 250 euros fue la que le cayó a un conductor en Valencia por utilizar una tarjeta de estacionamiento de otro municipio en esta ciudad. La policía local le sancionó por considerar que la tarjeta no era la reglamentaria, pues el Ayuntamiento de Valencia había emitido unas tarjetas con chip que eran diferentes a las del lugar de residencia de este conductor, además se le acusó de que la tarjeta que no cumplía con los requisitos mínimos, al estar rellenada a mano, sin cuño, ni holograma.
En el recurso presentado por el sancionado, se aporta un informe que corrobora que la tarjeta cumple con los requisitos y que era auténtica.
El Ayuntamiento ordenó la devolución del importe que ya le había sido embargado.
- Si eres de los que se muerden las uñas, ¡Cuidado!
Uno de los casos más extraños y recientes de multas inverosímiles es el que le ha pasado a un conductor en Salamanca, quien inocentemente se mordía las uñas mientras conducía. Pero el hecho no pareció igual ante los ojos de los agentes que le denunciaron por “Conducir el vehículo sin mantener la propia libertad de movimientos. Conducía mientras se mordía las uñas”.
La multa de 80€ y sin pérdida de puntos en el carnet fue ratificada por el delegado del Gobierno en Castilla y León, que remitiéndose al Reglamento General de Tráfico aseguró «que las manos deben ir al volante mientras se conduce».
- Multa a un coche que iba encima de una grúa.
El Servèi Català de Transit multó por exceso de velocidad a la titular de un coche que en el momento de la infracción iba sobre una grúa. Lo peor de la situación fue que el organismo alegaba que al tener la grúa una matrícula de Andorra era imposible enviarles la multa, por lo que decidió enviársela al otro vehículo.
- Multa por girar la cabeza para ver el coche radar.
En Poio, Pontevedra, seis conductores curiosos fueron multados por girar la cabeza, justo cuando pasaban a su lado un coche radar en el que se encontraban unos agentes. Podríamos pensar que hay que ser muy quisquilloso para denunciar por este motivo (cualquiera miraría), pero la acción fue catalogada por los agentes como “Poner en riesgo la seguridad del tráfico”. La curiosidad le costó a cada uno 100 euros.
- Por favor, nada de besos al volante.
Probablemente, es lo que ahora dice la conductora de O Carballiño después de ser multada por recibir un beso de su novio en la mejilla cuando conducía su coche. Según el boletín de denuncia conducía “Sin mantener la propia libertad de movimientos» y añadiéndose una observación que especificaba que «la conductora mantenía relaciones cariñosas con el acompañante».
- Cosas que parecen, lo que no son.
Sucedió en 2003 en Canarias. Un conductor fue multado por la Guardia Civil por rascarse la oreja. Oficialmente fue acusado de «Conducir hablando por el móvil», pero en sus alegaciones logró probar que su última llamada de móvil había sido el día anterior a la denuncia, por lo que los agentes le impusieron una multa por “Sujetarse la oreja con su mano derecha de forma permanente sujetando el volante con una mano». Un año después consiguió que se le retirara la multa.
- Un conductor que hablaba con su acompañante en el coche…
Seguro que recordaréis el caso de un conductor en Gran Canaria que fue multado en 2013 por, literalmente, conducir su vehículo “Sin mantener la atención permanente a la conducción” pues iba hablando con su acompañante. Algo que es muy habitual cuando viajamos acompañados y que en su caso le supuso una multa de 80 euros, que finalmente quedó en 40 euros ya que el supuesto infractor decidió pagarla en plazo de descuento.
Su denuncia se hizo muy popular en las redes sociales y seguro que muchos después de esto han mejorado la técnica de hablar con su acompañante sin quitar ojo a la carretera.
- Definición de arma: tirachinas.
También de Galicia era la conductora sancionada por “tenencia ilícita de armas”. El arma no era otro que un tirachinas que adornaba el espejo retrovisor de su coche, y que su abuelo le había regalado. A los agentes no les despertó ningún tipo de sentimentalismo las razones de esta conductora, pues finalmente fue multada con 300 euros.
- Bailando en el interior del vehículo.
El caso de este conductor fue tomado como conducción negligente por un agente, que le multó literalmente por “Bailar en el interior del vehículo, así como tocando las palmas y golpeando contra el volante como si fuera un tambor; todo ello observado por el agente en un tramo de 1,5 km hasta ser interceptado, viaja menor de dos años en asiento trasero». El gusto por conducir le costó 200 euros de sanción.
- Reloj inteligente.
Cuanto menos curiosa es la multa que le impusieron a un conductor canadiense que intentaba sincronizar su Apple Watch con la radio de su coche mientras conducía. Ante la vista de los agentes de tráfico el conductor violaba la ley, pues se prohíbe expresamente el uso de cualquier «dispositivo de mano que incluya la función de teléfono» mientras se conduce.
Finalmente, fue sancionado con 120 dólares, y además perdió varios puntos del carnet.
- Multa a policía nacional en servicio.
La ley es igual para todos, y eso fue lo que quiso dejar claro la Guardia Civil cuando multó a un policía nacional por no llevar el cinturón de seguridad. En su defensa el policía alegaba que al estar de servicio, podría desenfundar fácilmente su arma, en caso de necesitarlo, si no llevaba puesto el cinturón.
12. Multado por aparcar mal mientras auxiliaba a un herido.
Hay que remontarnos al año 2009 para mencionar la sanción a un médico que aparcó mal su vehículo en su intención de auxiliar a un herido de un accidente. La grúa se llevó su coche y le retiraron dos puntos del carnet. Su recurso finalmente fue admitido y el médico recuperó su dinero y los puntos detraídos.
- Multa de Antonio Lobato por exceso de velocidad en Francia.
Como ya sabemos, si conducimos en otro país de la Unión Europea y cometemos una infracción, las multas ya nos pueden llegar a nuestro domicilio, y es lo que le sucedió al mismísimo periodista deportivo Antonio Lobato en Francia. Pero lo increíble del asunto es el motivo de la multa “circular a 111 km/h en un tramo limitado a 110 km/h”.
- Bicicleta considerada como vehículo.
Pero a veces no sólo los conductores de un vehículo a motor son susceptibles de ser multados. Recodemos el caso del ciclista en Granada, que a principios de año fue multado por ir en sentido contrario a la circulación con su bicicleta.
Si hasta aquí el caso te sorprende, más lo hará saber que la multa impuesta fue de 500 euros y que además se pedía la retirada de 6 puntos del carnet por considerarla una infracción grave. Una sanción desproporcionada a la vez que incongruente con la Ordenanza Municipal de Circulación de Peatones y Ciclistas por la que las multas máximas para bicicletas es de 80 euros.
Aunque estas multas de tráfico nos hagan reír por un momento, tengamos en cuenta que son multas de tráfico impuestas verdaderamente, por lo que debemos tomarlas como situaciones que nos podrían pasar, incluso más de uno al leer este artículo habrá pensado o exclamado: «¡Me he librado por los pelos!» 🙂
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La que más me ha gustado es la que un policía multó a otro por no tener el cinturón de seguridad, no esperaba que entre ellos lo hicieran pero me alegra ver que las normas son para todos iguales
Hola Microscopio:
Así es, de nada le sirvieron las alegaciones para no llevar puesto el cinturón que dio a su compañero.
Un saludo.